El fin de las barreras: Google logra llevar AirDrop a Android gracias a las normativas europeas

A fines de noviembre de 2025, el panorama tecnológico sufrió un remezón importante cuando Google anunció oficialmente la compatibilidad de AirDrop con Android, permitiendo por primera vez que usuarios de iPhone y computadores Mac compartan archivos de manera inalámbrica con teléfonos del ecosistema de Google. Este avance, que debutó inicialmente en la serie de smartphones Pixel 10, no contó con la participación de Apple en su desarrollo. De hecho, la compañía del buscador aseguró en su comunicado que tiene planes concretos para expandir esta funcionalidad a más dispositivos en el corto plazo, marcando un hito en la interoperabilidad móvil.

La caída del “jardín amurallado”

Las reacciones no se hicieron esperar y tuvieron matices variados. Lo primero fue la sorpresa, considerando lo celosa que es Apple con su ecosistema cerrado, una estrategia diseñada para que quien adquiera un iPhone termine comprando un MacBook para aprovechar funciones exclusivas como AirDrop. En este contexto, la jugada de Google se percibe audaz. Incluso, el blog de seguridad de la compañía lanzó una indirecta bastante clara hacia Cupertino, declarando que “la tecnología debería unir a las personas, no crear muros”. Más allá de las rivalidades corporativas, los usuarios celebraron la noticia. Tanto quienes usan iOS como Android saben lo frustrante que resulta intentar pasar una foto o documento a un amigo que no comparte el mismo sistema operativo, por lo que esta integración es una victoria para el consumidor.

El rol clave de la regulación europea

Tras el impacto inicial, surgió la duda técnica: ¿cómo logró Google descifrar el protocolo de AirDrop sin la ayuda de Apple y garantizar que fuera seguro? La respuesta no está en la magia del software, sino en la legislación. Las nuevas regulaciones antimonopolio de la Unión Europea permitieron a Google sortear las restricciones de hardware de AirDrop. En marzo de 2025, la Comisión Europea rechazó una apelación de Apple, obligando a la empresa a permitir que dispositivos físicos de terceros establezcan conexiones Wi-Fi peer-to-peer con el iPhone, bajo el alero de la Ley de Mercados Digitales (DMA). Esto forzó a Apple a dejar que productos ajenos a su marca operen con o junto a su protocolo de transferencia.

Ingeniería detrás de la conexión

Desde una perspectiva técnica, siempre le convino a Apple mantener en la nebulosa el funcionamiento de AirDrop, aunque en realidad se trata de una versión modificada de Wi-Fi Direct llamada AWDL (Apple Wireless Direct Link). En términos simples, crea una red Wi-Fi temporal entre dos equipos para enviar archivos. Al basarse en un estándar universal modificado para ser exclusivo de iOS y macOS, Google tuvo el camino algo más despejado para aplicar ingeniería inversa, especialmente porque Android ya utilizaba una tecnología evolutiva similar, Wi-Fi Aware, a través de su aplicación Quick Share desde la versión 8.0 Oreo.

El futuro de la compatibilidad

Gracias a este respaldo legal, Apple tiene poco margen para reaccionar negativamente sin arriesgarse a nuevas multas por parte de los burócratas europeos, quienes ya han mostrado poca paciencia ante la lentitud de la empresa para cumplir las normas. Por ahora, aunque la compatibilidad nativa con AirDrop está limitada a los Pixel 10, se espera que el despliegue continúe. Mientras tanto, el resto de los usuarios de Android deberá seguir esperando o recurriendo a alternativas de terceros, pero la puerta ya está abierta.