Google Pixel 9a mantiene su precio pese a los aranceles y demuestra ser una excelente opción calidad-precio

En medio de uno de los periodos económicos más inestables de los últimos años, Google ha decidido lanzar su nuevo smartphone, el Pixel 9a. Esta semana, Estados Unidos anunció la imposición de nuevos aranceles a varios países, entre ellos Vietnam, donde se fabrica el Pixel 9a. Esto implica que las empresas estadounidenses deberán asumir esos costos adicionales al importar productos, lo que podría traducirse en precios más altos para los consumidores.

Afortunadamente, Google ha confirmado que mantendrá el precio del Pixel 9a en 499 dólares, una noticia que sin duda destaca en un contexto económico tan incierto. Lo mejor de todo es que, incluso con este entorno complicado, el Pixel 9a sigue siendo una de las mejores opciones en el mercado por su relación precio-calidad. Aunque el tema de los aranceles podría empañar su lanzamiento, quienes buscan actualizar su teléfono sin gastar más de mil dólares encontrarán en este modelo una opción muy completa. Google también ha prometido siete años de soporte de software, lo que permite pensar en una vida útil prolongada sin necesidad de reemplazo en medio de otra guerra comercial.

Uno de los aspectos más comentados en redes sociales sobre el Pixel 9a ha sido su diseño. A diferencia de modelos anteriores, este nuevo teléfono deja atrás la icónica barra de cámaras que caracterizaba a los dispositivos Pixel. En su lugar, la parte trasera es completamente lisa, con un sistema de doble cámara totalmente al ras, sin sobresaltos ni módulos salientes. Este detalle no solo mejora la estética limpia del dispositivo, sino que también evita que se acumule polvo entre las lentes y que el teléfono tambalee al estar sobre una mesa.

A pesar de estas ventajas, algunos podrían considerar que el diseño pierde un poco de personalidad. La unidad que probamos es de color iris, lo que le da un toque atractivo, mientras que la versión peonía también destaca. Sin embargo, las opciones en blanco y negro se perciben bastante simples y sin mucha gracia. Ojalá Google no elimine por completo la barra de cámara en la futura serie Pixel 10, ya que aportaba un elemento distintivo en un mundo saturado de teléfonos de vidrio sin identidad.

Más allá del diseño, el Pixel 9a ofrece una experiencia premium. La única pista que podría delatar su precio más accesible son los bordes algo gruesos alrededor de la pantalla OLED, algo similar a lo que ocurre con el iPhone 16e. No obstante, esto no representa un problema significativo. La pantalla de 6,3 pulgadas brilla con fuerza, incluso bajo la luz directa del sol, como pude comprobar durante un viaje en metro elevado. La tasa de refresco de 120 Hz también se agradece, ofreciendo transiciones fluidas que Apple debería considerar incorporar pronto.

El Pixel 9a está equipado con el procesador Tensor G4 de alta gama, el mismo que se encuentra en la serie Pixel 9. Aunque la memoria RAM es de 8 GB —comparada con los 12 del Pixel 9 y los 16 del Pixel 9 Pro—, el rendimiento general es excelente. Las aplicaciones se abren con rapidez, el multitasking funciona sin demoras y los juegos móviles que probamos no presentaron problemas.

Eso sí, la menor cantidad de RAM implica la ausencia de algunas funciones potenciadas por inteligencia artificial presentes en los modelos superiores, como la app Pixel Screenshots y Call Notes, que resume automáticamente las llamadas telefónicas en texto. Aunque útiles, su ausencia no afecta gravemente la experiencia general del dispositivo.

Detectamos también algunos errores menores al usar el sistema de escritura por voz de Google Assistant, una herramienta que suele ser bastante precisa en otros modelos Pixel. En esta ocasión, cometió ciertos fallos al transcribir dictados, algo poco habitual en esta línea.

La mejora más destacada respecto a su antecesor está en la batería. El Pixel 9a incorpora una potente batería de 5.100 mAh, la mayor hasta ahora en un teléfono Pixel. No ofrece una autonomía de dos días, pero en general logra terminar la jornada con entre un 30% y 40% de carga restante. Por ejemplo, el día del anuncio de la Nintendo Switch 2, estuve publicando en Bluesky durante una hora, usando Slack y compartiendo internet desde el teléfono para editar y subir fotos desde una tablet. A las 17:30 horas, aún tenía un 15% de batería. Eso sí, los usuarios más exigentes probablemente deban llevar consigo una batería externa.